Contra el Viento y la Lluvia

¿Recordáis las nieblas de Volokania? ¿El sol en el Ataionós, la humedad del pantano Jrimegir, la brisa que sopla en Orlennes?

La naturaleza ha sido un elemento clave que ha condicionado la formación de civilizaciones enteras y, del mismo modo, también afecta al campo de batalla, imponiéndose como un obstáculo monumental que las tropas tienen que aprender a sortear. Un buen ejército sabrá actuar y realizar un plan, formando una estrategia alrededor de un recurso que siempre ha estado presente en las batallas: la naturaleza.

Sin embargo, ya no se trata sólo del terreno, esta vez hablaremos del clima.

Se Avecina una Tormenta

Ojalá todas las batallas se libraran bajo un sol pálido y un bonito cielo azul dotado de esponjosas nubes, sin embargo, la realidad no es así.

Pueden soplar unos vientos que previenen a todo aquél que quiera volar, puede llover y tronar y, a veces, el suelo puede quedar helado. Por alguna razón, los Orcos Zelyoji creen que el temporal es otro enemigo al que derrotar.

La naturaleza puede ser un personaje igual de importante en Mía Niké. Un personaje que puede afectar el plan de la batalla, ya que los vientos pueden dificultar (o directamente imposibilitar) ciertas tareas como volar o disparar y la meteorología puede entrometerse en la visión (como la niebla) o en la calidad del suelo, embarrándolo o helándolo, obligando a ciertas tropas a avanzar con más cuidado.

A lo Ancho de Irresta

Aunque hasta el momento apenas hayamos descubierto poca cosa siquiera de Esquerropa, Irresta es un mundo vasto y variado. En algunas regiones los vientos serán más calmos, las lluvias más frecuentes y las noches más cortas.

Por eso Mía Niké ofrecerá 9 Biomas, los cuales propondrán los varios fenómenos climáticos y sus posibilidades de aparecer al inicio de la batalla.

Sin embargo, su presencia no tendrá por qué ser perenne. Pues al fin y al cabo todo esto forma parte de unas reglas avanzadas, totalmente opcionales, y además ¡existe la magia!

Un abrazo,

Erland