Aunque unan armas bajo la Koinón Ayáquida, los Elfos del Mar son polifacéticos y viven dispersos en distintas ciudades-estado llamadas polis. Las cuales se hallan plantadas a lo ancho de un mar y a lo largo de sus costas: ¡visitémoslas!

Polis de Cayacia
Cayacia es una de las dos penínsulas por las que extienden su territorio. Situada al noroeste, es hogar de las polis más antiguas, las originales, y en donde se congregan la mayor cantidad de polis importantes. En Cayacia reside el mayor orgullo de su civilización: su historia.
En su centro se erige Tibea, la primera polis y lugar fundacional para los Elfos del Mar. Constituye un lugar de reunión para todas las polis y una ciudad santuario para todas las naciones, siendo su parlamento uno de los edificios más emblemáticos del mundo conocido.
A su alrededor, se encuentran otras ciudades estado como Fintos, la extensa y más poblada de todas las polis, junto a otras como Iperón, una muy joven aunque próspera, o la agraria Threskia. Massenia y Fidia, son conocidas por ambiciosas, beligerantes y por sentir un odio desmedido por Nekrarkhina, ciudad de pensadores, especialmente después del alzamiento de los filósofos y de su progresivo desentendimiento de la Koinón Ayáquida.
Polis de Ataionós
Al este se encuentra Ataionós, una gran península de polis bastante jóvenes, si las comparamos con Tibea por supuesto, y con la mirada al futuro. Si bien Grepómene se refiere a sí misma como el último bastión de la dignidad en el este, el resto de polis son muy abiertas y las que más contacto tienen con otras civilizaciones; hasta el punto de que las demás culturas son bienvenidas, se integran con facilidad y las polis que las acogen adoptan parte de su cultura militar.
Aunque esto lleve al distanciamiento de las polis respecto a la Koinón Ayáquida. Satiomé y Mosteleo lo hacen en principio por su poder náutico y su sólido comercio. Pero Proquía en especial tiene un contacto tan cercano con los Ur-Nannos y el Sultanato Habsa, que es observada por muchas polis como un pronto traidor u otra oveja descarriada.
Mientras, Sotón al noreste, es tratada como el hazmerreír. Básicamente porque es la polis en las que los orcos visten con toga y dicen ser diplomáticos en vez de ser encadenados.
Polis del Thalesso
Entre ambas penínsulas se encuentra el Mar Thalesso, un mar tranquilo, poco profundo y plagado de islas.
Esto en principio daría lugar a muchos lugares de paso, puestos en los que descansar a lo largo de travesías comerciales, bélicas o personales. Pero la verdad es que el Thalesso está plagado de islas que tratan el agua como un muro natural y sus tiranos las aprovechan para enclaustrarse. Como sucede con las islas de Miknonnos, erigida sobre las ruinas de una raza cuyos compatriotas exinguieron, o la de Boslesós, un matriarcado que sólo pudo ver perversión en los hombres.
Cada pequeña isla está ocupada, en cada una hay palacios en las que habitan tiranos que sólo miran por su propio bien. Toda relación que tengan con el resto de los Elfos del Mar es o por conveniencia o por provecho. Tal es el caso de Draso, la polis mercenaria, o el de Psiré, cuna del hedonismo y mundialmente famosa por sus festivales.
Una Polis Vuestra
Sin embargo, las polis de los Elfos del Mar no empiezan y terminan alrededor del Thalesso. Hay muchas más polis más allá que nacen como expediciones, por ejemplo, además de que algunas lograron convertirse en ciudades magnas, por extensión y esplendor, como sucede con Aljaquión o la ya destruida Takharno.
Al fin y al cabo, lo que hemos señalado son tan sólo las polis más famosas dentro del territorio más céntrico de los Elfos del Mar. Estamos seguros de que vosotros conoceréis alguna polis más modesta o que se encuentre más allá del mapa que os mostramos.
