Territorio
Un campesino orlennse dirá que los orcos campan por donde quieren, mientras que un noble afirmaría que tienen media Esquerropa invadida. Los dos tienen razón, en parte.
Es cierto que a muchos orcos les gusta viajar, formando pequeñas tribus y bandas o integrándose en otros países que estén dispuestos a aceptarles, tal es el caso de Nueva Swania, donde representan una tercera parte de la población. Aunque tampoco se alejan demasiado de sus tierras natales, pues acaban sufriendo de nostalgia.
Pero tampoco se debe negar que todo el este de Esquerropa (y un poco de Adestra) es territorio orco, claro que ni bajo el Zarato de Kíf se encontró totalmente unificado. Los orcos zelyoji viven desperdigados en varios países y sistemas de gobierno con los que estén de acuerdo: desde tribus culturales como los pechacos, a orkas y zaratos como los de Gali-Retzovia y Vlazdal, pasando antes por veches como el de Pisov.
El Orco
Los orcos son fácilmente reconocibles por ser verdes y enormes. Su estatura dobla a la mayoría de los seres civilizados que habitan por todo el mundo y el verde de su piel goza de una gama cromática más extensa de lo que muchos saben, ya que pocos se atreven a establecer amistades con orcos de aspecto tan fiero y carácter temible.
Son conocidos por ser una gente fría y violenta. Esta infamia es compartida a lo ancho del mundo y cuasi todas las civilizaciones les rechazan, por bienintencionado que vaya a ser uno. Se les tilda de vulgares bárbaros y la única gran nación no orca que les llega a aceptar es Nueva Swania.
La vida de un orco está llena de sufrimiento, ya no sólo por el rechazo y el carácter agresivo de muchos de sus congéneres. Si bien ya nacen con un físico maduro, también lo hacen con una terrible infección en el corazón que les mata poco a poco. Apenas llegan a los 8 años de edad. Este terrible dolor, la actitud que desarrollan para lidiar con ello y la violencia a su alrededor les hace madurar muy rápido psicológicamente.
Cultura
La vida de un orco es corta e intensa, por lo que la ven como una pelea constante por la supervivencia a la que se deben imponer. Deben tomar las riendas de su vida y eso da lugar a guerreros irredentos pero también a grandes artistas.
Les apasionan las artes, muchos encuentran ahí el sentido de la vida y se dedican en cuerpo y alma, a veces hasta el punto de la obsesión. Sus obras de arte serían mundialmente famosas, sino fuera por el estigma de que fueron creadas por un orco. De modo que bardos como Vzoy “Teatro”, cuyas canciones gozan el honor de ser las más traducidas alrededor del mundo, tienen que darse a conocer con seudónimos como “El Gordo” o “Amargo”.
En cuanto a creencias, los orcos suelen creer en una serie de historias que les cuentan las Yayas cuando son recién nacidos. Se vaya donde se vaya de todas las naciones orcas, los relatos son los mismos por lo que se cree que no son cuentos para entretener, sino verdad. Sólo que, depende de dónde se vaya, uno se podrá encontrar con algunas variaciones que se adaptan mejor a las ideas que profesan los orcos de la zona.
Ejército
Como los orcos comprenden mejor que nadie que sólo hay una vida para vivirla, se sienten empujados a buscar su lugar en el mundo. La mayoría lo encuentra bajo el estandarte de algún país o tribu orca que represente sus ideales.
Aunque sus soldados sean conocidos por ser simples pero brutales y no tener igual, la tendencia que tienen los orcos de asociarse con quienes se entienden, da lugar a su unidad de choque por excelencia: la druzhina, una compañía de amigos muy cercanos que entregarían su vida por el otro.
Pero por fieros que sean sus combatientes, casi todo lo que tienen es infantería. Las monturas de los orcos son los bolshovolks, unos lobos monstruosos que son increíblemente difíciles de domar y montar. Normalmente sólo cabalgarían generales que hayan querido aprender y guerreros tan importantes como los capuchas negras. Por eso los pechacos son unos mercenarios tan estimados en todo ejército orco, porque nacieron a grupas de los bolshovolks.
