¿Sabéis?, una de las cosas que más me gusta del rol es la personalización.
Me gustan las historias que carga cada personaje y me gusta ver cómo se desarrollan, pero una de las cosas que más me gustan es el poder representarlo en la hoja de personaje. Lo mismo me sucede con las miniaturas.
No soy ni de lejos un gran modelista, la masilla la he usado unas pocas veces (y no muy bien, la verdad). Pero suelo preferir las miniaturas multicomponentes porque me gusta darle aunque sea algo de carácter a cada miniatura, haciendo que alguno tenga una pose más agresiva, otro que ladee la cabeza preocupado por un compañero, etc.
Me suele costar eso de montar una miniatura sin pensar «¿quién es, qué está haciendo y qué le está pasando?». Me gusta darle rienda suelta a la imaginación y que cobre vida.
Es por ello que una de las clarísimas prioridades de Mía Niké es la personalización, que pretende ser mucho más amplia a la común.
Normalmente, los soldados tendrán su equipo inicial, el cual puede ser mejorado a través de una serie de opciones verosímiles dentro de su cultura. Estas opciones pueden ser muchas o pocas, dependiendo del ejército que se lleve; por ejemplo, los Elfos del Mar, al basarse en los métodos de la grecia helenística, tienen pocas opciones, pero los Señores de la Muerte, al tratarse de nigromantes que alzan muertos allá donde vayan, son los más personalizables en toda Mía Niké.

Tú, a la hora de reunir tus fuerzas, podrás decidir sobre las armas de los soldados, sus armaduras, sus escudos, monturas, útiles y, quizás, reglas especiales. Son muchas cosas, cierto, pero no dejes que te abrumen. No te lo tomes como un deber el mirar lo que hace cada cosa y sopesar sus pequeñas diferencias, ve con lo que te guste pues, al fin y al cabo, otro de los mayores objetivos de Mía Niké es hacer un juego equilibrado donde la estrategia y el posicionamiento es lo que cuente.
El nivel de personalización de Mía Niké te permitirá ponerte creativo y llevar lo que siempre te dieron ganas de llevar, por ejemplo: un ejército de bandidos arqueros, una enorme falange imbatible o una legión de camorristas que abruman con su número a puñetazos y pedradas.
Conclusión: ¡Equipa a tus soldados como más te guste y pásatelo bien!
Un abrazo,
Erland
