Orlennes, reino antes temido, está experimentando su decadencia.
La desastrosa escisión con Swania, la Danza Negra y la invasión del Zarato de Kíf que dejaron al reino en un estado deplorable, sumado a los ataques de norteños que saquean regiones enteras añadidas a las rebeliones en las islas de Galocia y Munnacht, dejan a Orlennes en la época más oscura de su historia.
Antaño poblado de gente orgullosa, el reino de Orlennes se retuerce envenenado por la nostalgia de tiempos gloriosos y, en su agonía, muchos hombres ambiciosos sólo ven provecho en estos tiempos de crisis.
Dado que los humanos del reino de Orlennes no pueden contar con la fuerza de los orcos y la disciplina y destreza de los elfos, compensan sus debilidades con un ejército flexible y polivalente. El entrenamiento de sus tropas es variado y adaptativo al tipo de estrategias que deban utilizarse.
Territorio
Los dominios del reino de Orlennes se extienden por un territorio inmenso que poco a poco va menguando. Su centro está en la continental Alaige y su influencia se alarga a las grandes islas de Galocia y Munnacht, la última tan problemática como la Swania que se escindió hace 150 años.
Aun en sus intentos por homogeneizar el reino, Orlennes es variopinta incluso a lo ancho de Alaige: Fuera de la fastuosa capital, cada región tiene su carácter propio, como la orgullosa Aquit y la melancólica Lutaris.
Luego, las islas de Galocia y Munnacht, también son tremendamente diferentes entre ellas y Alaige. Galocia es la tierra de grandes hechiceros y estudiosos y, en Munnacht, todavía pervive una cultura anterior a la conquista.
Demografía
Orlennes está habitado casi por completo por humanos ya que creen que su reino debe ser representativo de su fundador, un guerrero divinizado que liberó Alaige de la esclavitud de otra especie. Todo lo que se aleje de la humanidad es considerado aberrante e impuro, aunque nunca podrá huir de su pasado.
Inevitablemente, otras sangres corren por muchas venas, en mayor o menor medida, en especial la lobuna, la féerica y la élfica.
Para algunos, la ascendencia élfica es tan evidente que se les considera semielfos, pecado imperdonable, y se les mantiene controlados en sus barrios y registrados en el Libro Bronce. A pesar de su vivir precario, se les tolera por la defensa del clero, que insistió que en ellos todavía quedaba algo de humanidad.
Religión
Asimismo, sólo hay una religión en Orlennes y constituye el centro de la vida y el pensamiento de casi todos sus habitantes. Hasta el punto de que sugerir otros modos de observarla se puede considerar un acto revolucionario. Depende de a lo que conduzca, puede ser perseguida o apoyada. El clero es un estamento de gran importancia en Orlennes y lo que dictan es la moral del reino.
Esta misma moral es la que condenó la magia nigromántica, ya mucho antes de la Danza Negra, y la que apoya el uso de los saberes elementales de la magia para el uso comunitario y la mejora de la vida de los habitantes de Orlennes.
Aunque el clero se dividida en diversas órdenes, cada una tiene muy claro sus funciones en particular. Algunas, hasta disponen de caballeros al servicio de sus tareas.
Ejército
Aunque, a la hora de la verdad, no dude en hacer llamamientos a levas de campesinos para la defensa del reino, el ejército de Orlennes es un reflejo de su sociedad jerárquica:
Si alguien quiere unirse a las filas del ejército, empezará desde lo más abajo y tendrá que ir escalando tras años de combates y gestas… a menos que se nazca noble, entonces uno está predestinado a ocupar un lugar de mayor importancia como caballero del reino.
A lo grande del reino, las preferencias estratégicas son diferentes: Alaige prefiere el combate montado, Galocia el tiro con arco y Munnacht la guerra de guerrillas. Sin embargo, a pesar de que Orlennes pretende un ejército bien entrenado y flexible, su mayor fuerte es la caballería pesada.
Libro de Ejército
