La Hidra de Terna, la temida criatura de varias cabezas serpentinas, refleja a las gentes de tierras adentro y tierras afuera, pues enfrentarse a ella es un esfuerzo inútil. A cada cabeza cortada, emergen dos de nuevas. Y en cuanto la Hidra no se enfrenta a ninguna amenaza, se muerde sus otros cuellos, pues violencia es todo lo que conoce.

Diofennous de Crinepo

Señores de la Muerte, Introducción

La muerte no es un descanso eterno…

Y la verdadera expresión de poder es la de doblegar fuerzas supuestamente inescapables. Dominar la ley innata y el poder de moldear el mundo a placer es uno que muchos ambicionan. No todos están dispuestos a pagar el precio, aunque hasta en lo más profundo de los corazones puros, siempre existe la duda.

La nigromancia está prohibida y severamente perseguida en muchos rincones del mundo. Por ello, los nigromantes suelen actuar en solitario o agruparse en pequeños círculos en los que comparten conocimientos y fuerzas. En las pocas sociedades en las que se les acepta, suelen tener una posición augusta.

Su poder se hace patente en batalla. Cuando se invoca la ira de un nigromante, todo es terror y confusión. Al encontrarse por todo el mundo, nadie sabe cuál será su estrategia. Lo único que hay que tener en cuenta frente a esta impresivilidad es que un nigromante es un poderoso hechicero que no tendrá problemas en reutilizar los despojos de la guerra.

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